La historia de Pablo y Jorge: Un sueño hecho realidad reivindican actualización en la Administración Pública
Pablo y Jorge se conocieron en 2012 y pronto descubrieron que compartían algo más que una gran conexión: el deseo profundo de formar una familia. En 2013 empezaron a salir, y en 2015, decidieron casarse, sellando una relación marcada por el amor y un objetivo claro: convertirse en padres.
Convencidos de que la adopción era la mejor opción para cumplir su sueño, en 2017 abrieron el expediente de adopción nacional, dado que la internacional resultaba compleja para parejas homosexuales. Los primeros meses fueron de incertidumbre, ya que el proceso estaba paralizado, pero en 2018 todo empezó a avanzar. Con papeleo, entrevistas y visitas, lograron pasar a la lista de espera, y aunque su idea inicial era adoptar a dos hermanos, la vida les sorprendió. Un día, recibieron la propuesta de conocer el expediente de un niño, y desde el primer momento supieron que ese niño, Abián, era su hijo.
En julio de 2019, viajaron a Las Palmas para conocerlo. Lo que debía ser un proceso largo y lleno de ajustes, fue una conexión instantánea. Abián, con su sonrisa y curiosidad, disolvió cualquier miedo o duda que Pablo y Jorge hubieran tenido. En cuestión de días, ya estaban en la playa de Lanzarote, los tres juntos como una familia.
Comprometidos con los derechos LGTBI+: Activismo y visibilidad
El camino hacia la paternidad fortaleció el compromiso de Pablo y Jorge con los derechos de la comunidad LGTBI+. Como activistas y miembros activos de la Asociación Lánzate, buscan visibilizar y normalizar las familias homoparentales. En 2021, lanzaron el proyecto en redes sociales @diariodedospapás, donde narran con naturalidad su día a día. Su meta es inspirar a otras personas, compartir su experiencia y mostrar que una familia con dos papás es, simplemente, una familia más. Gracias a esta plataforma, han conseguido una comunidad que sigue creciendo y que les permite conectarse con otras personas que están en procesos similares de adopción, acompañándolos en sus miedos, alegrías y dudas.
Pero su historia no acaba aquí. En agosto de 2024, ampliarán su familia con la llegada de una preciosa niña, reafirmando su compromiso con la paternidad y el amor incondicional.
Incidentes en la administración: Empadronando a la Niña
Recientemente, Pablo y Jorge se enfrentaron a dos situaciones que les recordaron que, aunque se ha avanzado mucho en la lucha por la igualdad, aún queda camino por recorrer. El primer incidente ocurrió cuando acudieron a la oficina municipal de Costa Teguise para empadronar a la infante. Aunque el trámite fue sencillo, la reacción de la empleada dejó un sabor amargo. Al preguntar quién era el padre, y ellos responder "los dos", la sorpresa en el rostro de la funcionaria era evidente. Aunque no hubo impedimento para empadronar a la pequeña, fue un recordatorio de que, en pleno 2024, la homoparentalidad sigue sorprendiendo a algunos.
Escolarización y formularios heteronormativos
El segundo incidente tuvo lugar al rellenar los formularios para la matrícula de la pequeña en su nueva escuela. Cuando llegaron a la sección de "nombre del padre" y "nombre de la madre", Pablo y Jorge se vieron obligados a tachar "madre" y escribir "padre". Aunque es un detalle menor, para ellos fue un recordatorio de que las estructuras administrativas aún están diseñadas desde un enfoque heteronormativo. No debería ser necesario tener que modificar un formulario para que se ajuste a la realidad de su familia.
Reivindicación: Actualización urgente en la administración pública
Estos incidentes dejan claro que, aunque las familias homoparentales han ganado visibilidad, la administración pública aún se queda corta a la hora de reflejar la diversidad social. Las reacciones sorprendidas y los formularios que no contemplan más de un modelo familiar perpetúan la idea de que las relaciones fuera del marco heteronormativo son excepcionales. Es hora de que los impresos y el personal de la administración pública se pongan al día en materia de diversidad familiar, para que cada familia, sin importar su composición, se sienta reconocida y respetada en igualdad de condiciones.
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