
26 de abril: Día de la Visibilidad Lésbica – Ser visibles es nuestro derecho
Hoy, 26 de abril, alzamos la voz con fuerza, con orgullo y con determinación. Celebramos el Día de la Visibilidad Lésbica, una jornada para hacer memoria, para denunciar, para resistir… pero sobre todo, para visibilizar. Para que ninguna mujer lesbiana tenga que ocultarse, callarse o adaptarse a una sociedad que aún no la mira con igualdad.
¿Por qué necesitamos un Día de la Visibilidad Lésbica?
Porque todavía hoy, muchas mujeres lesbianas siguen enfrentando violencia, discriminación, insultos, rechazo familiar, acoso en sus centros de estudio o trabajo, negación de servicios sanitarios, y una invisibilización constante en los medios y en los espacios públicos. Porque ser lesbiana no debería ser un acto de valentía, sino simplemente una forma legítima de existir y amar.
Contexto histórico: de la clandestinidad al orgullo
Hablar de la historia del activismo lésbico es hablar de una lucha que ha sido doblemente silenciada: por ser mujeres y por amar a otras mujeres. Durante siglos, la homosexualidad femenina fue invisibilizada, no solo por la represión política o religiosa, sino también por el sistema patriarcal, que negaba la existencia de vínculos afectivos y sexuales entre mujeres.
Durante el franquismo en España, mientras los hombres homosexuales eran encarcelados y sometidos a "curas", las mujeres lesbianas eran diagnosticadas con trastornos mentales, encerradas en psiquiátricos o simplemente borradas del discurso oficial. Ni siquiera existíamos en la ley: la represión era brutal, pero la invisibilización lo era aún más.
Con la llegada de la democracia y los primeros movimientos LGTB en los años 70 y 80, las lesbianas comenzaron a organizarse por separado dentro del feminismo, denunciando el machismo dentro del propio colectivo gay y exigiendo espacios propios. A pesar de que muchas activistas jugaron un papel esencial en las primeras movilizaciones por los derechos LGTBI+, sus nombres, sus caras y sus voces rara vez ocuparon portadas o discursos institucionales.
Es en 2008 cuando colectivos feministas y lesbianos impulsan por primera vez el 26 de abril como una jornada de reivindicación específica para las mujeres lesbianas. No con ánimo de dividir, sino de visibilizar una realidad concreta, con sus propios desafíos y necesidades.
Desde entonces, cada año, la fecha ha crecido en fuerza y sentido. Ha servido para sacar del armario a muchas mujeres, pero también para denunciar cómo el sistema sigue relegando a las lesbianas a un segundo plano, tanto en políticas públicas como en espacios de representación.
Las cifras no mienten: seguimos en lucha
Este año, la FELGTBI+ ha sacado datos contundentes: más del 81% de las mujeres lesbianas y bisexuales en España ha sufrido algún tipo de violencia por su orientación sexual. La violencia más frecuente es la psicológica (un 70%), seguida por la verbal (56%) y la sexual (10%).
Muchas mujeres lesbianas afirman que siguen teniendo que “disfrazar” su orientación para poder mantener su empleo o evitar ser excluidas socialmente. Algunas incluso ocultan a sus parejas en entornos familiares o profesionales, no por vergüenza, sino por miedo.
¿Qué exigimos hoy?
Este 26 de abril no solo celebramos la existencia lésbica: también exigimos que se nos escuche, que se nos respete y que se legisle pensando en nosotras. Las principales demandas que hoy levantamos incluyen:
- Educación inclusiva y feminista, que hable de las mujeres que aman a otras mujeres, sin estigmas ni tabúes.
- Políticas de salud que incluyan a las mujeres lesbianas en sus campañas, investigaciones y protocolos.
- Protección efectiva ante delitos de odio, sin impunidad ni minimización.
- Visibilidad en los medios de comunicación, en la cultura y en las narrativas públicas.
- Reconocimiento institucional de nuestras familias, nuestros vínculos y nuestros derechos.
Desde Lánzate: acompañamiento, lucha y redes de cuidado
En la Asociación LGTBI+ Lánzate, seguimos creando espacios seguros para que ninguna mujer lesbiana se sienta sola. A través de nuestra Línea Arcoiris, ofrecemos acompañamiento emocional, asesoramiento y apoyo ante situaciones de acoso, violencia o rechazo. Porque sabemos que una escucha a tiempo puede cambiar una vida.
Además, trabajamos en coordinación con otras entidades sociales, centros educativos, instituciones y profesionales, para seguir transformando el entorno desde dentro, desde lo comunitario y desde lo político.
Ser visibles es una forma de resistencia
Ser visible no debería ser un acto de valentía. Pero mientras lo siga siendo, cada abrazo en la calle, cada beso compartido, cada historia contada en voz alta, será un acto político.
Por todas las que estuvieron antes. Por las que estamos ahora. Por las que vendrán.
Hoy y siempre, visibles, fuertes, diversas y orgullosas.
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