Para que no habite el odio: así fue la charla sobre historia LGTBI+ en Teguise Live
La historia del colectivo LGTBI+ está llena de luchas, sacrificios y victorias que han marcado el camino hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa. Recordar y honrar esta historia no es solo un acto de justicia para quienes han peleado incansablemente por los derechos que hoy disfrutamos, sino también un deber fundamental para evitar que los errores del pasado se repitan. Conocer nuestro pasado es vital para construir un futuro en el que todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, puedan vivir con dignidad y libertad.
La cultura Maya y los cinco géneros
Los Mayas, una de las civilizaciones más avanzadas de la antigüedad, reconocían la existencia de cinco géneros, lo que demuestra una comprensión temprana y avanzada de la diversidad de género. Estos géneros, conocidos en algunos estudios etnográficos y antropológicos, son los siguientes:
- Hombre: Representaba el género masculino tradicional, con roles asociados a la caza, la guerra y la política. Los hombres tenían responsabilidades en la agricultura y en la toma de decisiones comunitarias.
- Mujer: El género femenino tradicional, con roles centrados en la crianza de los hijos, la cocina y el cuidado del hogar. Las mujeres también participaban en actividades agrícolas y artesanales.
- Ch'oojoch' (Hombre-Mujer): Este género se refiere a personas que combinaban aspectos de los roles tradicionales masculinos y femeninos. Podían asumir tareas y responsabilidades de ambos géneros y a menudo se les consideraba especialmente dotados para ciertas actividades rituales o espirituales.
- Xkanxib (Mujer-Hombre): Similar al Ch'oojoch', pero partiendo de una identidad femenina con roles tradicionales masculinos. Estas personas podían participar en la guerra y la caza, y a menudo eran respetadas por su habilidad para navegar entre ambos mundos.
- Muknal: Un género que podría estar relacionado con individuos que no se identificaban claramente con los roles tradicionales de hombre o mujer. Estos individuos podían tener roles específicos en ceremonias religiosas o ser vistos como portadores de un equilibrio especial entre las fuerzas masculinas y femeninas.
Ley de Vagos y Maleantes de 1933
Durante la Segunda República Española, el 3 de agosto de 1933, se promulgó la Ley de Vagos y Maleantes. Esta ley, aunque inicialmente dirigida a personas sin hogar y "vagos", fue modificada en 1954 bajo el régimen franquista para perseguir específicamente a las personas homosexuales. Esta represión sistemática es un oscuro recordatorio de la intolerancia institucionalizada. La ley fue finalmente derogada en 1979 durante la Transición Española, por el primer gobierno democrático de Adolfo Suárez, marcando un importante avance en la lucha por los derechos civiles en España.
Tefía y la represión franquista
Entre 1954 y 1966, muchos homosexuales fueron enviados al campo de concentración de Tefía en Fuerteventura, creado bajo el régimen franquista. Este campo, conocido oficialmente como "Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía", fue establecido con la finalidad de reeducar a los detenidos a través del trabajo forzado y las condiciones extremas. Los internos eran sometidos a trabajos duros en el campo y en la construcción, y sufrían condiciones de vida insalubres y maltrato físico y psicológico.
Las condiciones en Tefía eran extremadamente duras. Los internos eran forzados a trabajar largas horas bajo el sol canario, sin apenas descanso ni recursos adecuados. La alimentación era escasa y de mala calidad, y la asistencia médica prácticamente inexistente. Las personas detenidas en Tefía eran sometidas a humillaciones constantes, siendo tratadas como delincuentes peligrosos simplemente por su orientación sexual.
El propósito de estos campos era, supuestamente, la rehabilitación a través del trabajo y la disciplina, pero en realidad funcionaban como centros de castigo y tortura. Los relatos de los sobrevivientes han revelado el profundo sufrimiento y la injusticia que tuvieron que soportar durante su internamiento. Este oscuro capítulo de la historia española resalta la brutalidad con la que el régimen franquista trató a las personas LGTBI+ y la necesidad de recordar y reconocer estos hechos para evitar que se repitan.
Los disturbios de Stonewall en 1969
Los disturbios de Stonewall comenzaron en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el Stonewall Inn, un bar gay en el barrio de Greenwich Village, Nueva York. La policía realizó una redada en el bar, algo común en aquella época, ya que los bares gay eran frecuentemente acosados y clausurados. Sin embargo, esa noche, los clientes del Stonewall Inn, hartos de años de persecución y maltrato, decidieron resistir.
La resistencia inicial rápidamente se convirtió en una protesta a gran escala. La multitud, compuesta por drag queens, personas trans, jóvenes sin hogar y otros miembros de la comunidad LGTBI+, se enfrentó a la policía en una serie de enfrentamientos que duraron seis días. Los disturbios de Stonewall marcaron un punto de inflexión en la lucha por los derechos LGTBI+, ya que por primera vez la comunidad se unió para resistir públicamente la opresión y exigir igualdad de derechos.
Estos disturbios inspiraron a muchas personas y dieron lugar al surgimiento de diversas organizaciones activistas como el Gay Liberation Front y el Gay Activists Alliance, que lucharon por los derechos civiles de las personas LGTBI+. Los eventos de Stonewall también dieron origen a la celebración anual del Día del Orgullo, que conmemora los disturbios y celebra la identidad y derechos del colectivo LGTBI+ a nivel mundial.
Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970
En 1970, durante la dictadura franquista en España, se promulgó la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Esta ley fue una extensión de la Ley de Vagos y Maleantes de 1933, y su objetivo principal era la persecución y control de personas consideradas socialmente peligrosas. Aunque inicialmente se dirigía a vagabundos, mendigos, proxenetas y drogadictos, la ley fue ampliada para incluir específicamente a los homosexuales, transformándose en una herramienta de represión sistemática contra el colectivo LGTBI+.
La Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social autorizaba a las autoridades a detener y encarcelar a personas basándose únicamente en su orientación sexual, sin necesidad de que hubieran cometido un delito específico. Los detenidos podían ser enviados a cárceles, instituciones psiquiátricas o campos de trabajo para ser "rehabilitados". Esta rehabilitación a menudo incluía trabajos forzados, tratamientos psiquiátricos coercitivos y otras formas de abuso físico y psicológico.
Una de las instituciones más infames donde se aplicaba esta ley fue el campo de concentración de Tefía en Fuerteventura, donde muchos homosexuales fueron detenidos y sometidos a condiciones inhumanas. Las personas internadas en estos lugares no solo sufrían la privación de libertad, sino que también eran expuestas a humillaciones constantes y tratos degradantes que buscaban "curar" su homosexualidad.
La ley también permitía a la policía realizar redadas en lugares frecuentados por personas LGTBI+, como bares y parques, resultando en arrestos masivos y la exposición pública de los detenidos, lo cual provocaba un enorme estigma social. La simple sospecha o denuncia de comportamiento homosexual podía llevar a una persona a ser arrestada y sometida a este tipo de persecución.
A lo largo de los años, la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social se convirtió en un símbolo de la represión franquista y la brutalidad estatal contra las minorías sexuales. Fue utilizada para mantener un control estricto sobre la moralidad pública y suprimir cualquier forma de disidencia o diversidad que desafiara las normas heteronormativas de la época.
No fue hasta después de la muerte de Francisco Franco en 1975 y la transición hacia la democracia que se comenzaron a derogar las leyes represivas del régimen. En 1979, el gobierno democrático de Adolfo Suárez eliminó la Ley de Vagos y Maleantes, pero la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social permaneció vigente hasta 1995, cuando finalmente fue derogada gracias a la creciente presión social y política de los movimientos de derechos humanos y LGTBI+.
La derogación de esta ley marcó un paso crucial hacia la igualdad y la justicia para las personas LGTBI+ en España, simbolizando el fin de una era de represión y el comienzo de una nueva etapa de reconocimiento y respeto hacia la diversidad sexual. Este proceso de cambio legislativo reflejó el lento pero constante progreso hacia la igualdad, destacando la importancia del activismo y la resistencia en la lucha por los derechos civiles.
La primera manifestación en Barcelona, 1977
El 26 de junio de 1977, Barcelona fue testigo de la primera manifestación "Por la libertad de la orientación sexual", un hito significativo en la lucha por los derechos LGTBI+ en España. Esta marcha allanó el camino para futuras manifestaciones y fue un punto de inflexión en la visibilidad del colectivo. La manifestación fue organizada en respuesta a la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, la cual aún estaba en vigor. Fue una demostración pública de resistencia y exigencia de derechos, que tuvo un impacto considerable en la sociedad y la política española. Esta ley fue finalmente derogada en 1995 debido a la creciente presión social y al cambio en la percepción pública sobre la homosexualidad, promovido en parte por la valentía y visibilidad de estas manifestaciones.
Matrimonio igualitario en 2005
El 3 de julio de 2005, España se convirtió en uno de los primeros países en legalizar el matrimonio igualitario, permitiendo a las parejas del mismo sexo casarse con los mismos derechos y deberes que las parejas heterosexuales. Esta ley histórica fue aprobada por el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y representó un avance monumental en la lucha por la igualdad y los derechos civiles del colectivo LGTBI+.
La legislación sobre el matrimonio igualitario en España no solo permitió a las parejas del mismo sexo casarse, sino que también les otorgó el derecho a adoptar niños y acceder a los mismos beneficios legales y sociales que las parejas heterosexuales. Esta ley eliminó la discriminación legal basada en la orientación sexual en el ámbito del matrimonio y la familia, garantizando que todas las parejas tengan los mismos derechos de sucesión, pensiones, herencia, y seguridad social.
La aprobación del matrimonio igualitario en España fue el resultado de décadas de activismo y lucha por parte de la comunidad LGTBI+ y sus aliados. Desde las primeras manifestaciones por los derechos LGTBI+ en los años 70 y 80, hasta las campañas de sensibilización y presión política en los 90 y principios de los 2000, el camino hacia la igualdad matrimonial estuvo lleno de desafíos y resistencias. Sin embargo, la persistencia y el compromiso del colectivo lograron cambiar la percepción pública y política sobre los derechos LGTBI+.
El impacto de la ley de matrimonio igualitario en España fue profundo y significativo. A nivel social, contribuyó a una mayor aceptación y normalización de las relaciones homosexuales, reduciendo el estigma y la discriminación. A nivel internacional, España se posicionó como un líder en derechos humanos y un referente para otros países que buscaban implementar legislaciones similares.
La implementación de esta ley no estuvo exenta de controversias y oposiciones. Diversos sectores conservadores y religiosos expresaron su desacuerdo, argumentando que la ley iba en contra de la "familia tradicional". Sin embargo, el Tribunal Constitucional de España ratificó la legalidad de la ley en 2012, reafirmando que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un derecho fundamental que no puede ser restringido por razones de orientación sexual.
El matrimonio igualitario en España marcó un antes y un después en la historia del país, representando un hito en la lucha por la igualdad y la justicia social. Esta legislación no solo reconoció la dignidad y el amor de las parejas del mismo sexo, sino que también sentó las bases para futuras leyes y políticas inclusivas que continúan promoviendo los derechos y el bienestar de la comunidad LGTBI+.
En resumen, la ley del matrimonio igualitario en España no solo legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, sino que también simbolizó el reconocimiento y la aceptación plena de la diversidad en todas sus formas. Este avance legislativo sigue siendo un pilar fundamental en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y respetuosa con todos sus ciudadanos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.
Cambio de género y derechos trans
Hasta 2007, el cambio de género en documentos oficiales en España requería la mutilación genital. Posteriormente, solo fue necesaria la hormonación obligatoria durante dos años. Esta evolución refleja un mayor respeto y reconocimiento de la identidad de género, aunque aún quedan retos por superar.
En la actualidad, los derechos trans en España han avanzado significativamente con la aprobación de nuevas leyes que facilitan el cambio de género en los documentos oficiales sin la necesidad de tratamientos médicos obligatorios. La Ley Trans y LGTBI+ aprobada en abril de 2023 establece que las personas trans pueden cambiar su nombre y género en el registro civil mediante una simple declaración administrativa, eliminando así los requisitos médicos previos. Esto representa un importante avance en el reconocimiento y respeto de la identidad de género, permitiendo a las personas trans vivir de acuerdo con su verdadera identidad sin barreras legales innecesarias.
Además, se han implementado medidas para proteger a las personas trans en ámbitos como la educación, la salud y el empleo, asegurando que no sean discriminadas por su identidad de género. Estas leyes buscan fomentar una mayor inclusión y respeto hacia las personas trans, promoviendo su bienestar y derechos en todos los aspectos de la vida social. Por ejemplo, en la sanidad, se ha avanzado en la formación de profesionales para atender de manera adecuada y respetuosa a personas trans, y en la educación, se han implementado programas para sensibilizar a estudiantes y profesores sobre la diversidad de género.
Legislación reciente y avances
La Ley Trans e Intersex Canaria de 2021 y la Ley Trans y LGTBI+ de abril de 2023 han sido pasos significativos hacia la protección y los derechos del colectivo. Además, en 2024, el pacto insular contra los discursos de odio y la visibilización LGTBI+ en Lanzarote marca un compromiso regional hacia la inclusión y el respeto.
Conclusión: Orgullo y Reivindicación
El Orgullo LGTBI+ no es solo una fiesta, sino una reivindicación política y social que cada año recuerda las luchas pasadas y presentes del colectivo. Es una celebración de la diversidad y un recordatorio constante de que aún hay mucho por lo que luchar. Mantener viva la memoria histórica del movimiento LGTBI+ es fundamental para asegurar que los derechos conquistados no se pierdan y que cada persona pueda vivir libremente sin miedo ni discriminación.
El sentido del Orgullo radica en visibilizar y celebrar la diversidad, así como en conmemorar los logros y sacrificios de quienes han luchado por los derechos LGTBI+. Este evento es un espacio de resistencia y empoderamiento, que desafía la discriminación y promueve la igualdad. A diferencia de un hipotético "orgullo hetero", el Orgullo LGTBI+ surge de la necesidad de combatir la opresión y la marginación histórica que han sufrido las personas LGTBI+. La heterosexualidad, al ser la norma social dominante y no haber sido objeto de persecución sistemática, no requiere de un evento de reivindicación similar.
Para que no habite el olvido, es crucial transmitir estos valores a las nuevas generaciones, educarlas sobre la importancia del respeto y la inclusión, y recordarles que la lucha por la igualdad y los derechos humanos es continua. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equitativa para todos, donde la diversidad sea celebrada y cada individuo pueda vivir plenamente su identidad sin temor a la discriminación.
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